Genji Monogatari. Primera parte: Esplendor
Murasaki Shikibu
Y sin embargo, nunca he dejado de pensar en ti de la mañana a la noche, ni de desear, como el poeta, que nuestra separación en la tierra no fuese definitiva.
En cuanto a su relación con Rokujo, una vez que, vencida la resistencia de la dama, se hubo salido con la suya, la pasión del joven empezó a enfriarse. La mujer, en cambio, empezó a sufrir depresiones y angustias, sobre todo durante las largas noches que pasaba sin dormir esperando su visita en vano.
Ahora, por primera vez en su vida, en cuanto, tras una visita nocturna, abandonaba la casa de Yugao por la mañana, empezaba a preguntarse si sería capaz de aguantar un día entero hasta regresar a ella. Por más que se riñera casi con violencia, no podía actuar de otro modo. "Es una locura, no hay razón alguna para obsesionarse tanto...", se reprochaba, incapaz de entenderse a sí mismo. (...) ¿Qué tenía, pues, que tanto lo fascinaba? ¿Por qué no era capaz de prescindir de ella?
Era capaz de hablar con la misma soltura de frivolidades y temas profundos, y sabía teñir el brocado con la habilidad de la princesa Tatsuta.
La muchacha se despertó con un sobresalto. Se sorprendió, pero menos de lo que Genji hubiese esperado porque era superficial y estaba acostumbrada a aceptar las cosas según se presentaban.
Por desgracia su esposa pertenece a una familia muy principal y orgullosa, y, en cuanto se enteró del asunto, se revolvió contra mi pobre sobrina. No puedes imaginar los efectos que el dolor causa en las personas.
- Me encantaría- le dijo él- que alguna vez te mostrases un poco más afectuosa conmigo. He estado muy enfermo, y me duele, aunque no me sorprende, que no te hayas interesado ni una vez por mi salud.
- ¿Es como el dolor que produce esperar una visita que no llega nunca?
De haber notado en la dama el menor atisbo de vulgaridad, no se habría sentido tan ligado a ella. A pesar de sus esfuerzos para impedirlo, su corazón se llenó de pensamientos y emociones que hubiese preferido consignar al País de la Oscuridad Eterna.
...las mujeres inteligentes suelen ser complicadas, y, siempre a punto de mostrarse celosas, obligan a los hombres a estar perpetuamente en guardia.
Fujitsubo lo miraba todo como si estuviese soñando. ¡Ojalá no hubiesen tenido lugar ciertas cosas que procuraba no recordar! Se habría sentido infinitamente más feliz...
Seguro que uno de nosotros dos es un zorro disfrazado, pero ¿cuál?
Nada hay que teja una red tan triste y enmarañada como el silencio...
Una mirada casual
como la de una cara reflejada en el arroyo
me repite con crueldad
que ya nada le importo.
¡Tenía que dejar de pensar en el hombre que tan cruel se había mostrado con ella, pero el esfuerzo de no pensar en él la llevaba a no quitárselo de la cabeza!
Los que se apegan demasiado a lo que pronto se desvanece como las gotas de rocío, se equivocan. ¡No deberíamos permitir que el mundo efímero tuviese tanto poder sobre nosotros!
Las cosas pasadas
pertenecen al pasado.
No quiero pensar en ellas,
pero mi corazón está triste.
Déjame si quieres, hundida
en la perpetua amargura,
pero piensa que tu único enemigo
es sólo tu propio corazón.
...nada hace tan feliz a la gente como descubrir y condenar las faltas ajenas, por leves que sean.
Pero esas son las servidumbres de los grandes: no se puede ocupar un puesto elevado sin vivir sometido a críticas.
¿Tenía la culpa de que el mundo resultara cada día un lugar más inhóspito? ¿Cómo iban a consolarle sus éxitos si no participaba en ellos?
Dice el poeta que en los malos tiempos conviene hacer un viaje a las montañas.
- (...) ¿Crees que algún día te agradecerá que te estés pudriendo "en su honor" bajo este techo medio ruinoso? (...)
El príncipe quedó mudo de horror. ¿Cuánto hubo de sufrir la pobre dama, enterrada en vida durante años bajo aquel montón de ruinas? ¿Cómo era posible que durante tanto tiempo hubiese sido él capaz de vivir como si ella no existiera?
En cuanto yo me haya ido
¿Cuándo volveremos a vernos?
¿Acaso podemos confiar
en este mundo impermanente?
- De la mucha confianza nace el desprecio...- respondió ella, y se echó en la cama dándole la espalda.
Por un momento llegó a pensar en hacerse monje, pero todavía le ataban al mundo demasiados vínculos.
Incluso la música más anodina puede emocionar cuando es interpretada en el momento y el lugar adecuados.
- Un hombre es sólo lo que él piensa que es. Anímate, muchacho. Tantos lamentos no van a servirte de nada.
Aunque seguía sin gustarle, la muchacha llegó al convencimiento de que en aquel hombre recio e hirsuto, cuyo contacto le producía horror, no debía ver tanto a un amante como un instrumento del destino que ella tenía que aceptar del mismo modo que había aceptado otros a lo largo de su azarosa vida.
¿Qué estamos dejando atrás
que pudiera obligarnos a permanecer?
Las mujeres se despedían de los árboles y las flores deshechas en llanto: mientras vivieron en la casa, no les prestaron atención, pero ahora que se veían en el trance de abandonarla, descubrieron cuán importantes resultaban para ellas.
No debemos olvidar jamás lo incierto de la vida humana y sus avatares... ¿Hasta cuándo permanecerá la situación tal como a nosotros nos satisface? Poco tiempo.
HAN ESCRITO SOBRE GENJI
...todas las transacciones eróticas son de algún modo formaciones sustitutivas de afectos anteriores.
(Harold Bloom)
Las malas hierbas son tan espesas
que apenas se ve el camino
que conduce a mi casa.
Crecieron mientras esperaba
a alguien que nunca llegó.
(Sojo Henjo)
Genji vive plenamente el amor como el juego intelectual de un acuarelista del alma y, al mismo tiempo, como fatalidad, lepra que invade el mundo entero, venganza de los dioses e infierno espantoso. Pocas son las obras en que ambas actitudes coexistan pacíficamente. (...) Cuando una mujer entra en su vida, permanecerá encerrada en ella hasta la muerte. (...) Pero su moral misma representa el papel de alcahueta y le incitará a buscar nuevas conquistas, porque esta moral, que no es sino la conciencia de la presencia de la muerte en toda vida, es un spleen que le conduce al amor de la humanidad, un spleen que sólo puede adormecer recurriendo a los narcóticos. ¿Y qué son esas anestesias tóxicas que necesita para oponer a la muerte sino las mujeres? Aparecen como ideas fijas que atraen a Genji, y a través de las cuales sólo persigue el olvido. Tiene una memoria infinita. La conciencia extrema de la muerte y una memoria absoluta son, en última instancia, lo mismo y, si Genji trata de retener en todo momento los detalles más ínfimos de cuanto le rodea, lo hace para preservarse de la aniquilación.
(Miklós Szentkuthy)
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