AGOSTO
Living
Abre los ojos, con cuidado, y disfruta del cielo límpido, azul, sin una nube. Sólo se interponen algunas palmeras o árboles exóticos del lugar donde hayas ido a disfrutar tus vacaciones. ¿Un pájaro se anima a volar a través de esta calima? ¿Tal vez se ve un avión, su estela? Y no pienses nada más, es el momento de desconectar. De estar Off.
Road Trip Ibérico
Vale, estás como el resto de la peña, sin un euro para ir a ningún lado. Bueno. Siempre está la opción de pasar por la casa de verano familiar, hacer vida con tus padres y sobrinos y revivir anécdotas al calor (y la comida) de mamá. O ver a los amigos que tienes desperdigados por el planeta. O coger una tienda de campaña, ponerle gasolina al coche (ésta no es una opción necesariamente barata) y salir a descubrir los alrededores de tu provincia. ¡Hay sitios que tenemos muy cerca y que ni siquiera sabemos que existen! Tiene que venir nuestra prima de Bélgica para, guía turística en mano, explicarnos y darnos a conocer esos lugares con encanto.
No hay que irse a Paris (Texas) para ser protagonista de tu road movie particular, ni hay que conducir una Harley o un Cadillac descapotable. Tampoco hay que hablar en otro idioma (aunque según dónde te metas es posible). La aventura puede estar en cualquier lado. Para conocer gente "especial" y vivir experiencias surrealistas no hace falta cruzar el charco. Sí, a lo mejor no te encuentras la típica cafetería de bancos paralelos clavados al suelo y forrados de charol rojo a la que viene a servirte una señora cincuentona, malhumorada, de pelo oxigenado con raíces azabache, uniforme rosa, delantal blanco con algún lamparón y cafetera en mano, mientras pregunta a un fantasma en la cocina: "Bill, ¿están ya esas salchichas?
En estos lares, el bar de carretera contará con mesas y sillas de plástico en colores vivos con el logotipo bien visible de una marca de bebida, el mantelito de papel sujeto por un servilletero que suministra un breve y finísimo rectángulo de pura lija con un amable "Gracias por su visita" impreso en el dobladillo. Tras la barra encontrarás a una señora, bayeta en mano, limpiando el cristal expositor de las delicias del día: ensaladilla rusa, salchichas en manteca, berenjenas en vinagre... Suatrezzo será negro con mandil de delantera, lo de cincuentona y malhumorada puede mantenerse igual, el pelo negro, tirante en una coleta. A su espalda, una pizarra con la lista de bocadillos, el stand de patatas fritas (versión bandeja metálica o tira de cartón) y frutos secos, una foto de la Virgen del Rosario, algún azulejo con chascarrillo, varios décimos de lotería. La frase: ¿qué os pongo?, como si nos estuviera perdonando la vida. El sonido de fondo de una máquina tragaperras con el ludópata de turno apurando su carajillo o whisky con hielo. Y Manolo que aparece de repente para coger algo de debajo del mostrador mirando con cara de pocos amigos.
Si ya decides hacer noche, no planees nada, busca donde dormir al raso o en hostales sobre la marcha.
Déjate de rutas 66 y lánzate a la A6 (por poner un ejemplo). Coge el primer desvío que te seduzca y sigue por carreteras secundarias a ver qué te encuentras, dónde apareces. Comprobarás qué poco conoces tu país, cuántas diferencias, sintiéndote al mismo tiempo (como) en casa.
No hay que irse a Paris (Texas) para ser protagonista de tu road movie particular, ni hay que conducir una Harley o un Cadillac descapotable. Tampoco hay que hablar en otro idioma (aunque según dónde te metas es posible). La aventura puede estar en cualquier lado. Para conocer gente "especial" y vivir experiencias surrealistas no hace falta cruzar el charco. Sí, a lo mejor no te encuentras la típica cafetería de bancos paralelos clavados al suelo y forrados de charol rojo a la que viene a servirte una señora cincuentona, malhumorada, de pelo oxigenado con raíces azabache, uniforme rosa, delantal blanco con algún lamparón y cafetera en mano, mientras pregunta a un fantasma en la cocina: "Bill, ¿están ya esas salchichas?
En estos lares, el bar de carretera contará con mesas y sillas de plástico en colores vivos con el logotipo bien visible de una marca de bebida, el mantelito de papel sujeto por un servilletero que suministra un breve y finísimo rectángulo de pura lija con un amable "Gracias por su visita" impreso en el dobladillo. Tras la barra encontrarás a una señora, bayeta en mano, limpiando el cristal expositor de las delicias del día: ensaladilla rusa, salchichas en manteca, berenjenas en vinagre... Suatrezzo será negro con mandil de delantera, lo de cincuentona y malhumorada puede mantenerse igual, el pelo negro, tirante en una coleta. A su espalda, una pizarra con la lista de bocadillos, el stand de patatas fritas (versión bandeja metálica o tira de cartón) y frutos secos, una foto de la Virgen del Rosario, algún azulejo con chascarrillo, varios décimos de lotería. La frase: ¿qué os pongo?, como si nos estuviera perdonando la vida. El sonido de fondo de una máquina tragaperras con el ludópata de turno apurando su carajillo o whisky con hielo. Y Manolo que aparece de repente para coger algo de debajo del mostrador mirando con cara de pocos amigos.
Si ya decides hacer noche, no planees nada, busca donde dormir al raso o en hostales sobre la marcha.
Déjate de rutas 66 y lánzate a la A6 (por poner un ejemplo). Coge el primer desvío que te seduzca y sigue por carreteras secundarias a ver qué te encuentras, dónde apareces. Comprobarás qué poco conoces tu país, cuántas diferencias, sintiéndote al mismo tiempo (como) en casa.
El carajillo
Bebida typical spanish por excelencia, muy asociada a épocas pasadas, el dicho no deja lugar a dudas: " es más viejo que los carajillos". Pero como todo vuelve y se lleva lo vintage, pues no nos limitemos a la ropa y los muebles, llevémoslo al apartado gastronómico/gourmet. Porque mira qué invento tan original, delicioso y de efectos inmediatos.
El nombre parece venir de cuando Cuba era española y los soldados combinaban café con ron para coger "corajillo", de coraje, y de ahí, carajillo. Claro que ahora la mezcla no se limita al ron, se toma también con anís, aguardiente o brandy y supone una inyección de energía. Espabila, descarga un buen chispazo y la cafeína evita el amodorramiento del alcohol. Genial para esos largos viajes bajo el sol de agosto (si no eres el conductor y tienes que dar palique al piloto, claro). ¡Rescatemos viejas costumbres! La cantidad de alcohol depende de las zonas y del consumidor, por supuesto. Importante beberlo en un vaso tipo el de la foto o un poquito más alto y sin incisiones.
Ése es el estilo del carajillo.
El nombre parece venir de cuando Cuba era española y los soldados combinaban café con ron para coger "corajillo", de coraje, y de ahí, carajillo. Claro que ahora la mezcla no se limita al ron, se toma también con anís, aguardiente o brandy y supone una inyección de energía. Espabila, descarga un buen chispazo y la cafeína evita el amodorramiento del alcohol. Genial para esos largos viajes bajo el sol de agosto (si no eres el conductor y tienes que dar palique al piloto, claro). ¡Rescatemos viejas costumbres! La cantidad de alcohol depende de las zonas y del consumidor, por supuesto. Importante beberlo en un vaso tipo el de la foto o un poquito más alto y sin incisiones.
Ése es el estilo del carajillo.
Gather Journal
Es una revista dedicada a todas aquellas acciones que surgen de reunirse con amigos y familiares. Cuando os juntáis para hacer cosas en comun, compartir y disfrutar vuestra mutua compañía. Y si no lo tienes muy claro, aquí te proporcionan miles de ideas. Cocinar, beber, comer, incluso sembrar y cuidar tu huerto. Con fotos maravillosas y lleno de recetas y curiosidades, es la publicación para aquellos gourmets que gustan de disfrutar en casa y se preocupa por la presentación y la imagen de sus platos y su hogar. Puedes pedirla en www.gatherjournal.com
¡Quedarse helado!
De palo, cucurucho o tarrina.
Cremosos, sorbete o hielo. Dulces o afrutados. Pero fríos, por favor. Nos gustan durante todo el año, pero sin duda ésta es su estación, su mes sería agosto, y su día el 10, San Lorenzo, la "parrilla", el más caluroso del año. Evita deshidratarte y el golpe de calor, ¡que circulen los helados! |
Casas technicolor
Transmiten alegría y nos trasladan al verano, a zonas costeras, a brisa con olor a sal. A atardeceres con cócteles y una rebeca. Las casas de verano adquieren personalidad y se distinguen por los vivos colores de sus fachadas.
Bellísimo el pueblo de Manarola en Italia. Aunque no hay que traspasar nuestras fronteras para visitar un pueblo totalmente azul, Júzcar, en Malaga, de colorines como Cudillero en Asturias o blanco nuclear, Casares en Málaga. |
Color en los detalles
Para el gusto: colores
Imita el arcoiris en tu cocina. Las verduras y frutas de la época estival vienen en colores muy fuertes con los que combinar y conseguir platos bastante llamativos y apetecibles. El rosa de la sandía con el naranja del melocotón y el burdeos de unas cerezas. Varios tonos de cítricos con naranja, pomelo rojo y amarillo. Verde espinacas, morado berenjena, rojo tomate. Y cuanto más oscuros sean más polifenoles y vitaminas tienen, por lo que no conviene cocinarlos mucho para que no las pierdan con el calor. Más natural, más fácil. Resultado saludable, original y apetecible.
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