martes, 12 de febrero de 2013


Edito

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La depresión pre- invernal. Que no es tanto como depresión pero sí pereza y ganas de quedarse en casa y no ir a ningún lado. Dura poco días, tal vez un par de semanas, pero hasta que nos mentalizamos de que tenemos por delante bastantes jornadas como estas (frías, lluviosas, nubladas), nos quedamos en proceso de asimilación. Hasta que, yo por ejemplo, pienso (y todos los años igual), que si me voy a quedar encerrada porque llueva pues me puedo despedir hasta mayo más o menos. Y pienso en la gente que vive en los países nórdicos, me acuerdo de cuando vivía en Londres. La gente no se quedaba en casa porque lloviera, ¡sería entonces una ciudad fantasma! Y no sólo eso, además las féminas van con tacones trepidantes, minis desbocadas y escotes impetuosos. Para vértigo, infarto y descoque del personal. Así que ¡venga!, ¡a escupir a la calle!
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Corado de Biase
Porque, ¿qué es lo mejor que te puede pasar en casa?¿Que veas a tu actor preferido con un look nuevo en esa película?, ¿que maten a fulanita en la serie?, ¿que se te pegue la sopa?, ¿que veas borracho a alguien recién salido de la fiesta de tus vecinos?... Deja de observar vidas inventadas por otros y sal a experimentar la tuya propia. 
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Con estos ánimos y alegría de vivir, repasamos todas las novedades en Moda y Belleza. Es ahora cuando hace el clima para el que fueron diseñadas. Después de estudiar detenidamente las pasarelas y las diferentes propuestas, he hecho mi selección personal. Y en belleza oscilamos entre la sofisticación gótica o el look saludable y campestre según la hora que marque el reloj. Y tratamos de conectar con nosotros mismos a través de las meditación Vipassana. He traducido literalmente un librito que me entregó un monje en Camboya. Porque la belleza empieza por dentro, por estar serena y en paz con una misma.


Living. Tal vez el tiempo es desapacible, pero si nos fijamos detenidamente, estamos rodeados de belleza. Césped húmedo, verde que surge por doquier, charcos, nubes bajas, un paisaje lavado por la humedad, borroso por la niebla. Los árboles raquíticos, la alfombra de hojas en tonos que van del dorado al rojo... Y si respiramos profundamente, un aire vivificante, penetrante, fresco. Nos hace sentir vivas. Por eso en lo referente a vida interior e inspiración nos fijamos en la naturaleza. Decoramos con madera, buscamos los olores especiados del otoño, nos escapamos al campo.
Y la estación trae muchas delicias gastronómicas que catar, que cocinar, que ofrecer, porque también es época de organizar acogedoras veladas en casa. Casas que procuramos adornar con todos los detalles posibles que recuerden a la naturaleza del exterior. Ya sea con papeles que imitan flores, hojas, ramas... O dejar que directamente penetre en nuestros hogares en forma de macetas, arriates, árboles que nos invaden...
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Claire Basler


Plásticas lo hemos centrado en torno a autores que tienen a la naturaleza como fuente de inspiración, ya sea en los paisajes mágicos de Peter Doig o en la fotografía de árboles sacados de contexto como hace Myoung Ho Lee. Las esculturas, mitad cuerpos humanos mitad raíces, de Berlinde de Bruyckere son impactantes y los personajes surrealistas de Nicoletta Ceccoli nos han cautivado de inmediato.

En Fragmentos literarios me gusta especialmente el libro elegido para este mes, La novela de Genji o Genji Monogatari. Ideal para otoño, nadie como los nipones para captar y plasmar la belleza de las estaciones. Cada persona tenía una estación preferida, otoño o primavera. Era común que la nobleza se reuniera y organizara conciertos en torno a un ciruelo florecido o un cerezo, según la estación, para admirar su belleza y componer bellos tankas. La sensibilidad de Murasaki Shikibu para apreciar la naturaleza y las emociones y sentimientos humanos más sutiles, es de una delicadeza sublime. Aquí dejo buena muestra de ello.
Y en lo personal, ¿estamos saliendo de un túnel? Un amigo dice que llevamos un año en plena oscuridad mediocre (y no hablábamos de política, no nos juntamos para tratar temas de renuncia social, ni somos los típicos comprometidos. Hablábamos de él y yo y yo y él), pero necesaria para coger fuerzas porque llevar el ritmo de antes puede llegar a ser extenuante. A veces necesitamos reflexión y sosiego. Aburrirnos un poco. Perfilar nuevos objetivos, pequeños giros en la forma de vivir, las aspiraciones. No sé, se verá a toro pasado. Pero, ¿ha llegado el momento de abandonar la madriguera? Ya veremos... 
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