lunes, 7 de enero de 2013

Las uvas de la ira. John Steinbeck (Leer agosto)


AGOSTO

Fragmentos literarios

Imagen

Las uvas de la ira. John Steinbeck

 ¿Adónde vamos a llegar? A mí me parece que nunca llegamos a ninguna parte. Siempre estamos en camino, siempre yendo ¿Por qué no piensa la gente en eso? Ahora hay movimiento, gente moviéndose. Sabemos por qué y también cómo. Porque se ven obligados a ello. Ésa es siempre la causa. Porque aspiran a algo mejor de lo que tienen. Y ésa es la única forma de conseguirlo. Lo quieren y lo necesitan, así se mueven y se lo cogen. Que le hieran es lo que hace que la gente se enfurezca hasta el punto de luchar.


 ... lo que te puede hacer daño es que sigas contemplándote y compadeciéndote y envolviéndote en algodón en rama. Ponte ya en pie.



 No se necesita valor para hacer una cosa cuando es lo único que puedes hacer.



 -¿No piensas en qué pasará cuando lleguemos? ¿No temes que quizá no sea tan bonito como pensamos?
 - No -replicó con rapidez- No lo temo. No debes hacer eso. Yo tampoco. Es demasiado, es vivir demasiadas vidas. Delante de nosotros hay mil vidas distintas, pero        
   cuando llegue sólo será una; si voy adelante en todas ellas, es excesivo. Tú vives por delante porque eres muy joven, yo vivo en el momento.


 -Tú ya no estás seguro de nada.
 - No, de nada.
 - Cuando mataste a aquel... ¿alguna vez soñaste con ello? ¿Te preocupaba?
 - No.
 - ¿Y nunca pensaste sobre ello?
 - Claro que sí. Sentía que hubiera muerto.
 - ¿No te culpaste a ti mismo?
 - No, cumplí la condena que me impusieron y mi propia condena.
 - ¿Fue...muy terrible?
 Tom contestó nervioso:
  - Mira, Al. Cumplí la condena y ahora se ha terminado. No pienso volver sobre ello continuamente. Allí delante está el río y allí la ciudad. A ver si conseguimos una
   biela y a la mierda todo lo demás.


 En cualquier caso, uno hace lo que puede. Y lo único que tienes que saber es que cada vez que se da un paso adelante se puede resbalar un poco hacia atrás, pero nunca será todo el paso. Eso lo puedes probar y es lo que hace que todo tenga sentido. Y eso significa que no fue perder el tiempo, aunque lo parezca.



 Cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. Nadie sabe lo suficiente para decirle lo que debe hacer a otro.


 Gente huyendo del terror que queda atrás... le suceden cosas extrañas, algunas amargamente crueles y otras tan hermosas que la fe vuelve a encender, y para siempre.


- ¿Qué le ha pasado, Muley? -exigió Road- Nunca estuviste hecho para correr y esconderte. Antes resistías.
Muley contempló las luces que se aproximaban.
 -Sí -contestó- Antes resistía como un lobo, ahora como una comadreja. Cuando vas de caza, tú eres el cazador y eres fuerte. Nadie puede vencer a un cazador. Pero cuando eres el cazado, entonces es diferente. Cambias. No eres fuerte: puedes ser fiero pero no fuerte. Llevan mucho tiempo ya intentando cazarme. Ya no soy el cazador. Ahora sería capaz de pegarle a uno un tiro en la oscuridad, pero ya no puedo apalear a nadie con la estaca de una cerca. No sirve de nada engañarnos o engañarme. La cosa es así.


- Hay algo acerca de ser la presa -dijo Muley- Te acostumbras a no perder de vista ninguno de los peligros. Cuando cazas no te paras a pensar en ellos y no tienes
  miedo. Como tú mismo me has dicho, si te metes en cualquier lío te mandan a McAlester de nuevo...a cumplir el resto de tu condena.


- Tiene un arma -argumentó Muley- Y como es ayudante del sheriff, la usará.Entonces, o te mata o le quitas el arma y le matas tú. Venga ya, Tommy. Sólo tienes que
   decirte a ti mismo que les estás tomando el pelo escondiéndote. En realidad, lo único que cuenta es lo que te digas a ti mismo.


 Te voy a decir una cosa que aprendí estando en la cárcel. No puedes dedicarte a pensar cuándo vas a salir. Te volverías loco. Tienes que pensar en el día que
  estás, luego en el día siguiente, en el partido del sábado. Es lo que hay que hacer, los que llevan allí mucho tiempo hacen eso. Uno que acaba de llegar se da
  cabezazos contra la puerta de la celda porque piensa el tiempo que le queda de estar dentro. ¿Por qué no haces lo que te digo? Vive día a día.


- Madre... -ella se volvió despacio hacia él, la cabeza temblando ligeramente por el movimiento del coche-, Madre, ¿te da miedo marchar? ¿Ir a un sitio nuevo?
 Sus ojos se volvieron pensativos y dulces.
- Un poco -contestó- Pero que no es tanto como miedo. Me limito a estar aquí sentada y esperar. Cuando pase algo que exija una reacción por mi parte, me moveré.


- No se trata de si podemos, sino de si estamos dispuestos -contestó con firmeza- lo que es "poder", no podemos hacer nada, ni ir a California ni ninguna otra cosa;
   pero lo que queramos hacer... vamos, que haremos lo que nos propongamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario