miércoles, 2 de enero de 2013

Reflexiones junio 2012


JUNIO

Reflexiones varias

Abrir los ojos está sobrevalorado

Cierra los ojos y ve. (James Joyce)
Imagen

Blind, Hercules and the Love Affaire

http://www.youtube.com/watch?v=Fb8S51M2GAc

To hear you now
To see you now
I can look outside myself
I must examine my breath
and look inside
Because I feel blind
Because I feel blind

Feeling
Feeling
Feeling
Feeling
like I am blind





 
Imagen
Imagen


Abre los ojos y ve. Tal vez el secreto está en no mirar sólo en dejarse llevar y ver, sin pensar, sin intención.
No, yo no veo nada.
Situaciones que planeas, que van a ocurrir, que casi se dan por ocurridas. Vives con la mente, te adelantas a lo que va a suceder, a lo que vas a recordar cuando todo haya pasado.
De repente, un inconveniente, un cambio de opinión, algo "inesperado" y todo ese plan, toda esa vida previvida no ocurre. Y entonces sigues pensando y te das cuenta de que no te veías en esa situación, "algo me decía que no iba a pasar y sin embargo estaba tan tranquila haciéndome ilusiones".
Cuando no te apetece ir a ese evento y al final es un desastre: "no, si ya desde un primer momento no tendría que haber ido, lo sabía, no me apetecía y no hay que forzarse cuando algo te dice que no" (¿ese algo es la pereza o que estabas de bajón?). Pero si sale de maravilla, "pues es que esas veces que no te apetece mucho ir, que has estado a punto de quedarte en casa pero al final te has lanzado, son las mejores".
Qué impresiones, qué corazonadas, qué señales, qué pálpitos.
A mí todo me pilla por sorpresa y luego, cuando ya ha sucedido, resulta que todo el mundo lo veía venir, sí, pero nadie dice nada. A toro pasado, yo también ato cabos, cuando la realidad ha dictado sentencia sobre lo acertado o no de nuestros actos, también aprecio esas señales de que "esto no iba a salir bien". Y cuanto más tiempo pasa, cuando tomas más perspectiva y lo evalúas todo más objetivamente ves ese hilo conductor que va encadenando los hechos apuntando hacia un destino, hacia dónde desembocaría todo. Y descubres miles de indicios que te lo mostraban.

El mundo está lleno de cosas obvias de las que nadie se da cuenta nunca ni de casualidad. (El curioso incidente del perro a medianoche, Mark Haddon). Éste, desde luego, es mi caso y ademas vuelvo a estar de acuerdo con Oscar Wilde: Las mujeres tienen un maravilloso instinto de las cosas. Pueden descubrirlo todo, excepto lo evidente.

O tal vez no haya hilo conductor y examinando el pasado lo que buscas es un obligado sentido que le dé lógica a lo vivido. Que todo iba ocurriendo como consecuencia de lo anterior, que el final es la suma de todo lo que ha dado este resultado. Causa-efecto, causa-efecto, causa, causa, causa: EFECTO. Y esto ha sido por esto otro, y no me di cuenta, no supe "ver", entender, que lo otro era debido a aquello, y que aquello ocurrió para redimir mis actos, o porque se había dado cuenta de esto... Tejiendo...
¿Existe ese sentido, ese hilo conductor, o lo creamos nosotros con nuestro arte de novelar, para crear una historia coherente con lo que nos pasa, con el material que nos dan los hechos de nuestra vida?
Porque otra persona, con ciertas premisas que le demos: estos hechos, estos actos, este tiempo pasado, estas palabras, estos silencios, este resultado, tal vez lo evaluaría de otra manera, con sus propios ojos. Si pudiera, porque los datos que baraja son los que hemos querido ver nosotros, los que hemos elegido para darle un sentido a nuestra existencia. Y qué manía con darle sentido a todo, ¿no? Pero es que la idea de que vamos viviendo al tuntún, a expensas del caos, que todo es casualidad o suerte hagamos lo que hagamos, nos produce un sentimiento de zozobra inaguantable. Que aunque te esfuerces, como esté en que no, es que no. Que si la suerte te sonríe, hagas lo que hagas, un giro de las circunstancias va a hacer que salgas favorecido y tu decisión, "ya se veía venir", era la acertada. Pero, eso ¿quién lo controla? Y no soportamos estar por ahí a expensas del azar, como una mota de polvo que el viento barre de aquí para allá, sin sentido, a la expectativa, que si te coge una ráfaga fuerte te puede estrellar contra una pared y se acabó el viaje o te puede llevar en brisa ligera, sobre el mar, ligera, ligera, corriendo, sin cambios bruscos de velocidad, todo sobre ruedas. No podemos pensar eso. Tenemos que ser los causantes, responsables, de lo que nos pasa, tener la sensación de mando, de dirigir nuestra vida, encaminarla, controlarla, decidir.

Quería saber. No había protección como no fuera en el saber. Quería ver la muerte sujeta y aislada detrás de una pared de hechos y circunstancias particulares, y no flotando libremente alrededor, ignorada pero poderosa, lista para colarse en cualquier parte. (La vida de las mujeres, Alice Munro).

Si hay señales, yo no las veo, no tengo intuición. Voy por la vida con los ojos cerrados, intentando entender las cosas que me pasan en el momento en el que ocurren y actuar lo mejor posible, y no equivocarme, y hacerlo bien... Pero la realidad me supera, vivo en el instante, no puedo mantener la cabeza fría, pensar, ver pros y contras, ver hasta aquí sí y esto no. En el momento sólo siento, y reacciono en función. En el momento vivo, y ya es demasiado para mí, me supera. Entonces me dejo llevar, cierro los ojos y veo, como dice Joyce, y vivo en mi propio mundo. Y lo mismo es una visión equivocada y lo mismo así voy de cabeza pero:

Puesto que una persona está viviendo, la relación entre ésta y todo lo que le rodea, no importa lo que sea, cobra sentido de una manera natural. Y lo más importante es si esto sucede de una manera espontánea o no. No se trata de ser inteligente o tonto. La cuestión es si ves las cosas con tus propios ojos o no las ves. (Kafka en la orilla, Haruki Murakami).

Y sí, éste no es tal vez el mejor camino pero es MI camino, y seguramente no es el más lógico, ni el más normal, ni el más fácil, ni el que todo el mundo haría pero mis pies van solos, y aunque intento controlarlos, en cuanto me despisto ya llevan un trecho caminado.
El miedo a la muerte, la cercanía de la muerte hace que nos zambullamos en una vida temeraria (...) Y otra vez siento esa temeridad. Vivo en el momento. (Fuego, Anais Nin)
 Entonces, vamos a admitirlo, puede que no vea las cosas como los demás, puede que esté "equivocada", pero desde luego utilizo mis ojos. Y seguramente vuelva a meter la pata pero pienso seguir yendo con los ojos cerrados y viviendo a mi estilo. Y que salga el sol por Antequera...


Pasan las cosas al compás del tiempo
y yo no me entretengo
ni en mirar ¿pa qué?
Cojo mi ropa
¿dónde vas? ¿no ves?
que está cambiando el viento
otro lugar ¿y qué?
Que a codo con la sinrazón voy navegando,
que a codazos con mi corazón voy dando tumbos,
que encuentro un poco de calor hoy no me derrumbo..."


http://www.youtube.com/watch?v=Z_GkED6YgBY

Era una manera para ser feliz, ciegamente. La idea daña. La conciencia daña. El conocimiento daña. La lucidez daña. La relación daña. La vida daña. Pero fluir, ir a la deriva, vivir según la naturaleza, no daña. Se me están cerrando los ojos. Voy a la deriva, me dejo arrastrar por un mundo de sensaciones.

"Caja de Pandora. Quiero vivir con los ojos cerrados. No quiero saber. Quiero vivir.
El conocimiento te impide vivir. Ojos siempre cerrados y la miel fluyendo...

(Fuego, Anais Nin).
Imagen
"Trusting blind", NORTHERN LITE

Taking control of mind
Body is moving tight
Exactly, trusting blind

I close my eyes and see
I found purity
The ghosts of past no longer matter to me


http://www.youtube.com/watch?v=2dmRpoG2hao&feature=related  .
Imagen


Instrucciones de uso


Por eso la búsqueda de un sentido, de que si hacemos las cosas así y así, si estudiamos y somos buenos, y buscamos un trabajo y tragamos con lo que nos diga nuestro jefe y aguantamos y matamos nuestro genio y nos llevamos bien con los demás y saludamos y sonreímos y buscamos una pareja y nos establecemos y nos conformamos porque no hay nadie perfecto porque ya hemos ido muy lejos y ya que hemos llegado hasta aquí... y tenemos una casa maravillosa confortable y práctica y criamos hijos... que si seguimos estas pautas de la vida ejemplar: "Premisas básicas para que su vida sea un éxito", y tenemos amigos de toda la vida y los conservamos y nos juntamos con ellos de vez en cuando, y somos sociables y agradables, y nos encantan las reuniones familiares, y tenemos nuestros hobbies que defendemos a capa y espada, y nos gustan las compras porque somos chicas o el fútbol porque es lo que se espera de un tío, y dedicamos los domingos a estar en familia, a nuestras sobrinas, a ir al cine con nuestra pareja porque toca estar con ella y qué mejor que pasar mínimo dos horas (si no parecería que no quiero estar con ella y no es así, no puede ser así, no es lógico que con mi novia me salga ser así) pues en un cine porque ¿hay tantas cosas que contarnos que puedan llenar dos horas? y nosotros somos una pareja bien avenida, que estamos juntos, nos mantenemos juntos y eso es por algo, ¿no? Pues yo le tengo que dedicar tiempo a ella y ella me lo tiene que dedicar a mí y entonces todos los jueves, salvos casos de fuerza mayor, está establecido que los tenemos que pasar juntos y todos los domingos por la tarde también, después de ver a nuestras respectivas familias, porque yo no renuncio a los míos aunque un domingo no me apetezca, aunque nos matemos cada vez que nos juntamos, y luego paso el resto del día con mi novia y lo mejor es ir al cine donde el tiempo pasa volando.
¿Ésta es la historia? ¿Matar el tiempo hasta que éste te termine matando a ti?
Entonces es muy fácil que tengas una vida de éxito... o no... ¿Y qué es el éxito? El éxito al principio es ser modelo ideal del tipo de vida que te han inculcado tus padres, en lo que desean verte convertido desde que eras pequeño y el que te vende la publicidad, la televisión, el cine, las series, las revistas. Suele ir en función del dinero que tengas en la cuenta corriente pero también con tener una familia estable, pareja, hijos, disfrutar cortando las ramas de los setos con tijeras y guantes a juego, hacer pantagruélicas barbacoas los fines de semana, tener un par de buenos coches (berlina o deportivo para él, todoterreno para ella), ir por cojones los sábados a montar en bici con tus hijos por el campo porque así vais a estar más unidos, porque es lo que se espera y porque lo vais a pasar bien, por lo menos en ese anuncio de leche desnatada lo pasan divinamente, y cenar una vez por semana con tu pareja en un restaurante "romántico" en el que tenéis que hablar de "vuestras cosas", es "vuestro momento" y nada de tocar el tema "trabajo", "niños" o "problemas con tu madre"... sólo cosas agradables con sonrisa en la cara, todo es maravilloso, brindamos con vino porque es lo que toca también y no podemos acabar la cena antes de la 1 porque si no sería señal de que no lo hemos pasado tan estupendamente bien como deberíamos, de que no estamos lo suficientemente unidos para disfrutar juntos y, oye, es nuestra noche.
O las vacaciones en familia, porque hay que irse en verano, para poder volver a la oficina y relatar lo fantástico que era este sitio nuevo, lo bien organizado que estaba el hotel, qué maravilla de playa, geniales las excursiones, qué nivel de servicios, pudimos dejar a los niños para poder tener una de nuestras cenas de pareja compenetrada y que respeta su espacio.
Obligaciones, obligaciones, porque nuestra vida se parezca a la de un anuncio. Así es más fácil, no te tienes que preocupar ni cuestionar qué (y por qué) te apetece a ti o a los demás. Simplemente te ajustas a ese canon. Y eso está bien. La gente parece feliz, y aunque sea por imitación, podemos conseguirlo. No busquemos nuestra propia manera de ser felices, ¿y si está mal?, ¿y si nos hace desgraciados? y... ¿los demás entenderán que así es como somos felices? ¿seremos admirados o nos tendrán lástima? y, el mas difícil todavía, ¿cómo descubrimos qué es lo que nos hace felices? Ciñámonos a lo que vemos en las demás familias (que por supuesto tienen como prototipo el mismo anuncio de leche desnatada) en sus momentos de cara al público, en el escenario de la vida fuera de sus cuatro paredes:
Sonrisas, sonrisas, sonrisas, manos cogidas, preguntas que empiezan y acaban con un "cariño", ropa cara de familia acomodada y pudiente en tonos parecidos, conversaciones ensalzadoras de las virtudes de nuestra prole, de nuestros planes, ni una voz más alta que la otra, si el niño hace una trastada sonrisa y manotada al aire en clara expresión no verbal de "da igual". Todo subrayado por un fuerte sentimiento de COM PE NE TRA CI ÓN familiar y de pareja. Ser un ente. Imprescindible que ella rápidamente ignore al marido pegando la hebra con las demás féminas en una conversación sin pausa sobre lo maravillosamente bien que lleva su casa, sobre las últimas vacaciones en la mansión de sus suegros y sobre lo duro, difícil y angustioso que ha sido quedarse sin interna... (qué falta de lealtad, de principios para con nosotros que le poníamos uniforme, nos llamaba señor y señora pero que era como de la familia y la tratábamos como a una reina. Estableciendo nuestras distancias pero es que con esta gente es mejor que sea así, les dejamos clara su posición y les evitamos meteduras de pata y que se sientan incómodas...)
Ellos, pendientes en todo momento de sus mujeres, dando por hecho que los mirarán con cara de cariñoso hastío cuando interrumpan sus apasionantes conversaciones y estableciendo cordiales relaciones entre caballeros basadas en el fútbol, la economía y el equipamiento del coche familiar. Sin profundidades.
El objetivo a cumplir es que una vez cerradas las puertas de las casas el comentario que provoquemos sea: "cómo está de pendiente él de ella, cómo la quiere", "cómo lleva ella la familia", "qué orden, qué felicidad, qué compenetración".
¿Esto funciona? ¿Cuánto más se parece tu vida a un estereotipo más feliz te sientes? Tal vez sí porque tienes la tranquilidad de que lo estás haciendo bien, sigues un modelo que te viene impuesto y obedeces de manera ejemplar. DEBERÍAS ser feliz.




Imagen
Robert Montgomery

En un escaparate


El nuevo yugo es esa obligación de pasarlo bien, tener una vida ocupada, conocer a mucha gente, asistir a mil eventos, viajar sin descanso a los sitios más divertidos, lejanos, exóticos, caros. Pero el esfuerzo de llevar esa vida no está justificado si no puede enterarse todo el mundo, conocido o no.
Esas fotos sin tregua de fiesta en fiesta (y tiro porque me toca), con cara de divertidos, si aparece un famoso, mejor, pues quiere decir que te invitan a eventos de nivel. O en la playa, divertidos, divertidos, sonrientes y divertidos. Es lo que se ve en las redes sociales: fotos y fotos, sonrisas y sonrisas, diversión y diversión. Porque ahora vas a una fiesta que no te apetece simplemente para poder colgar las imágenes en facebook, y buscas el aspecto más "auténtico" de ese viaje para conseguir una foto graciosa, "única", en el paraje increíble al que ha sido casi imposible llegar para poder inmortalizarte con cara de relax y de estar disfrutando, disfrutando a tope, relajado, relajado, relajado... Pero con la cabeza a mil por hora pensando que antes de que os vayáis del hotel tienes que hacerte una foto debajo de esa palmera tan veraniegamente tropical y auténtica bebiendo un mojito, refrescantemente helado y cítrico, con cara de placer, placer, placer... Y al fondo el nombre del hotel, porque no has pagado un plus para pernoctar ahí si nadie va a enterarse.
Por lo que deducimos, el nuevo eslogan triunfador para el renacer de las agencias de viajes sería:

"Viaje-impacto para Facebook", miles de instantáneas insólitas, momentos y lugares que harán de tus vacaciones el álbum más visitado y admirado de las redes sociales, sea la envidia de todos sus contactos. ¡Garantizadas 20 instantáneas únicas e irrepetibles!

Ofrecemos: foto con cocodrilos, buceando junto a un bello arrecife de coral, bajo el agua dominando a un pulpo, (será el afortunado que ha captado ese momento), piscina ideal con tumbona para la imprescindible foto "aqua-relax", cóctel en mano (porque en la playa o la piscina, el protocolo fotográfico a seguir es una copa de cóctel (¿por qué no un whisky? ¿o una cerveza y patatas fritas, que es lo que en realidad apetece a esas horas?) cara de relajación total, ojos medio cerrados por el sol y por el cansancio indicador de la fiesta tan increíblemente especial y divertida que tuviste anoche. Por si alguien fuera nuevo en esto de interpretar los momentos Facebook, ya pondrás un ingenioso pie de foto: "Recuperándome de la resaca". En circunstancias normales la pelarías en la plena oscuridad de tu cuarto intentando dormir pero no estás de vacaciones para perder la oportunidad de la foto y para eso te pusiste el despertador. Nada, media caja de Ibuprofeno pal buche, arrastrar tu etílico cuerpo fuera de la cama y bañador "momento chapuzón cool de Facebook". No ha sido todo uno pero lo has conseguido. Y a matar por conseguir una hamaca en ese lado de la piscina en el que se ve la magnífica barra de detrás, y por supuesto ya es la hostia si tiene un banco dentro del agua para que te puedas tomar las copas en remojo, obtendrías una instantánea ¡¡¡cool, cool, cool!!
Imprescindibles las fotos delante de monumentos (de piedra). Tenías que darte el madrugón, te apetecía cero, pero ¿quién se resiste a colgar una foto con el famoso monolito detrás? Porque no has ido al quinto pino para publicar nada más que imágenes de piscinas y playas que han podido sacarse en cualquier zona costera de la península. Esta vez sí, toca cara con sonrisa seria de "estoy ante una obra de arte", ni peineta, ni lengua fuera. El momento, el lugar, requieren de una sonrisa enigmática (emula, ¡yo qué sé!, a la Gioconda) de "también sé apreciar el turismo y las maravillas de la naturaleza" (porque esta expresión también es apta para la foto delante de unas cataratas), "no todo es fiesta en mi vida" y claro mensaje de "¡soy culto!".
Y el viaje se convierte en una carrera desaforada por completar los 20 disparos increíbles que harán de tu álbum el más envidiado, un ejemplo a seguir.
Y bajo el eslogan del anuncio habría que aclarar: Garantizados mínimo 60 comentarios tipo: "¡cómo te lo pasas!","¡qué bien vives!" "qué maravilla, ¿dónde es?", "ajajajajaj", "yo quieroooo", y una media de 20 likes (me gusta).

En función de si te pueden proporcionar fotos más o menos complicadas, varía el precio del viaje. Por ejemplo, ni que decir tiene que aquellas instantáneas más buscadas son del tipo dentro de un helicóptero y a los mandos, haciendo cualquier deporte de riesgo, con todo el equipo puesto, claro está, y en pleno proceso, a ver si alguien va a pensar que el avión de combate estaba ahí y le tiraste una foto, por Dios....

Y pasamos al apartado "Instantáneas de fiesta" (imprescindible en cada álbum de vacaciones). Aseguradas mínimo estas cinco: en posesión de una botella mágnum de champán; en compañía de dos chicas monísimas y lo suficientemente escotadas, sonrientes y con cara extasiada; foto desde arriba (señal de que estás en un privado) de una pista animada y llena; foto de tu propia mesa con diversidad de vasos, refrescos cubiteras y botellas, en compañía de tus amigos, todo sonrisas; primer plano de tu muñeca con la pulsera que te clasifica como VIP y el nombre de la disco. Posibilidad de las siguientes: con un puro, descamisado y bailando sobre el sofá, espontánea ligando con una gogó, recibiendo un masaje, bebiendo un chupito, con algún accesorio divertido tipo sombrero, flores, guirnaldas, matasuegras... Un plus.

Y por último, pero no menos importante, no puede faltar la instantánea "Restaurante". La agencia de viajes garantizará un listado de aquellos que presentan sus platos con aspecto de nouvelle cousine cool (poco contenido y mucho adorno en plan cuadro surrealista) muy fotografiables. Copas de fino cristal, mantel de hilo, velas. Posibilidad de foto a unas copas muy adornadas: mucho hielo, uva atravesada en el borde, estéticos y apetecibles círculos de fresa flotando en el interior.

Una vez cubiertos estos apartados, te puedes relajar y disfrutar del resto de tus vacaciones. Seguro que salen más momentos "únicos" que añadir a los de rigor. Aquellas en las que no importa el decorado y muestran tu cuerpo serrano. Aquí ya no importa tanto lo que aparezca en la foto si no eres tú mismo, simplemente, pose: con el modelito supercurrado y caro (no lo habría comprado si no se pudiera recrear medio planeta en que lo tengo y observar tan lentamente y al detalle, tal como permite una foto bien hecha y colgada en mi Face), marcando pectoral, bracito currado en el gimnasio, pierna entaconada... Para conseguir ser ese neumático y bronceado objeto de deseo. No me esforzaría en estar tan rematadamente estupenda/o si sólo lo fuera a disfrutar mi pareja o el conjunto de personas que compartan conmigo el local de turno esa noche. Tiene que haber un testimonio gráfico de este esplendor y debe ser publicado y de conocimiento generalizado cuanto antes vía subida inmediata a Facebook. No gasta una tiempo, dinero y sufrimiento en gimnasios, operaciones y vestimentas si no es para que nos vean los demás y exclamen "por favor, qué bueno/a está" o "qué estilazo y cuerpazo tiene la hijaputa/ ¡quéee cabrón!", según el género generador u objetivo del comentario. Y aunque sabemos que automáticamente pasan a otra foto (¿o tal vez no?), ese momento de imaginada gloria bien vale media hora diaria de spinning y 600 euros en un bolso (chaqueta de firma en color pastel y pañuelo de color vivo al bolsillo en la versión "ellos").

Esto por no hablar de los que van por el lado underground de la vida que no nos privarán de las fotos en la cabina del dj, si es posible abrazándole y mirando a cámara, foto del cartel de esa noche, de vestimentas originales y coloridas, caras desencajadamente divertidas, fiestas a plena luz del día, estilismos imposibles, del colocado de turno en pleno desfase, gente bailando encima de los altavoces, gafas de sol gigantescas última temporada, camisetas con mensaje irónico, desengañado o enigmático, con imagen holográfica, chicas en actitud lésbica, de manos alzadas abajo, en el escenario tras la cabeza de los dj´s, privilegiada posición desde donde has sacado la foto, etc., etc.

¿Qué sería de nuestro viaje sin cámara de fotos? Si de repente caemos en la cuenta de que se nos ha olvidado, de que no tiene batería y no llevas el cargador... qué drama... ¿¿para qué hacer el viaje entonces?? ¡la molestia y el gastazo! Si nadie va a poder observar que eres un tío con pasta, con gusto, con suerte y con posibilidades para estar en sitios únicos, no disfrutas lo mismo del viaje, de eso no hay duda. Harías lo que te apetecería hacer y lo mismo no es tan locamente divertido como tus seguidores esperan y como quieres vender a tu público objetivo, claro que como no lo pueden ver da lo mismo, pero ¡¡mucho peor es que surjan esos momentos fotografiables y no puedas inmortalizarlos!! Pero gracias a Dios, ahí han estado hábiles las compañías de móviles y ahora todos vienen con cámara. No es tan buena la resolución pero lo que importa no es la calidad sino que se vislumbre, aunque sea tenuamente, el momento. Además, para eso te has comprado un iPhone, no por la calidad de las fotos (que ahora la vas a apreciar) sino porque no es lo mismo que aparezca "imagen subida desde iPhone" que desde Blackberry, en un suficiente segundo lugar, que desde Android, pfff, pfff, huele a un cualquiera de teléfono.

Pero toma aire, esto no acaba aquí. Tienes que ir pensando en el próximo viaje. "No más de dos fines de semana sin salir de tu ciudad, sin visitar un sitio distinto y cool" es la consigna para cualquier amo y triunfador de las redes sociales. Mientras, puedes regalar a tus contactos con imágenes de fiestas divertidas o simplemente frases, ya sean del tipo viajar es lo más normal para mí, y todos lo sabéis así que, por si alguien tuviera alguna duda: "odio los retrasos de Iberia", "tremendo el jet lag"... o si eres más del tipo ¡¡que os enteréis que me voy de viaje, coño!!, utilizarás: "de camino al aeropuerto" o "¡¡para Ibiza!!" (si es que alguien no se había enterado, ya que llevas un mes en plan mensajes enigmáticos: "quedan 14 días", "48 horas y en la playita"), " ya tengo el billete para Santorini" o con menos enigmas, fotografiando tu maleta a medio hacer, el ticket de vuelo, la pantalla con la hora de embarque, el mismo avión por fuera, contigo sentada dentro...

¡¡Qué duro es esto de ser un personaje público, mantener contento y pendiente de ti a tu público es complicado y hay una competencia feroz!!

.
 
¡Cuánta misantropía y cuánta amargura! A Gary le habría encantado disfrutar siendo un hombre rico y acomodado, pero el país no se lo estaba poniendo nada fácil. A su alrededor, millones de norteamericanos con los millones recién acuñados se embarcaban en idéntica búsqueda de lo extraordinario: comprar la perfecta casa victoriana, bajar esquiando por una ladera virgen, tener trato personal con el chef, localizar una playa sin huella de pisadas. Mientras, otras varias decenas de millones de jóvenes norteamericanos carecían de dinero, pero andaban en persecución del Rollo Perfecto. Y la triste verdad era que no todo el mundo podía ser extraordinario, ni todo el mundo podía estar en el rollo. Porque, entonces ¿dónde queda lo normal y corriente? ¿Quién desempeñará la desgraciada tarea de ser una persona relativamente enrrollada?
(Las correcciones, Jonathan Franzen).





Vivir en un ¡ay!
Dejar pasar los días, establecerte en una relación, en una rutina, en unas normas que le den estructura, orden a tu existencia. Vale. Es como la religión, es dejar que venga algo impuesto (de fuera en un caso, por uno mismo en el otro) con sus normas, reglas, plazos, prohibiciones y autorizaciones, para no tener que pensar, para que le dé un sentido a todo, para sentir que lo estamos haciendo bien, para actuar de manera mecánica en cualquier situación y ser unas personas "íntegras".
Previsibles, inamovibles, con "principios".
Poco a poco, mentalmente establecemos qué es lo correcto y qué no para poder funcionar en relación a esto, y no hablamos de unas bases morales que ya nos vienen dadas y que todos conocemos, hablamos de una moral de segundo grado, aquella que regula nuestras relaciones.

Las personas que se muestran con los demás tan tercos como el maestro, suelen inferir de su terquedad una especie de superioridad que no existe. Frente a cualquier discusión, piensan que han salvado su honra y que sus planteamientos han resultado vencedores. Ni siquiera son capaces de imaginarse que los demás los desprecian precisamente por ese motivo. Sin duda, la suya es una forma de felicidad. Felicidad de idiotas, pero al fin y al cabo felicidad. (Soy un gato, Natsume Soseki)
Temo que tiene uno de esos caracteres terriblemente débiles que no son susceptibles a la influencia. (Un marido ideal, Oscar Wilde)







Nena, no me voy a poner a pensar nada, tengo el cerebro torrao. Está como el Polito, cada vez que lo fuerzo un poco se le va el turbo, huele a chamuscaíllo. 
Imagen
Catherine Michiel

No hay comentarios:

Publicar un comentario